Vitus (Suiza, 2006)
Dirección: Fredi M. Murer.
Intérpretes: Fabrizio Borsani, Teo Gheorghiu, Bruno Ganz, Julika Jenkins, Urs Jucker, Eleni Haupt, Kristina Lykowa, Tamara Scarpellini, Daniel Rohr, Norbert Schwientek, Heidy Forster.
Vitus es un niño superdotado. A los 5 años sus aficiones e inquietudes se alejan de las de cualquier niño de su edad. Su virtuosismo al piano encandila a sus padres, quienes deciden conducir cuidadosamente la carrera de su hijo. Harán para ello los sacrificios que sea necesario, con tal de no desperdiciar el brillante talento de Vitus. Además de en la música, un cociente intelectual superior a 180 permite a Vitus destacar asimismo en los estudios, donde su superioridad intelectual con respecto a chicos de más edad le acarrea más de un problema. Porque Vitus es, para los demás, un bicho raro. Y su mayor deseo es ser un chico normal. Un día Vitus sufre un accidente y queda inconsciente. Al despertar los médicos darán una terrible noticia a los padres de Vitus: su cociente intelectual es ahora de 120.
La primera parte de esta película plantea un interesante dilema moral: ¿qué ocurre si alguien posee unas capacidades enormes y no las aprovecha al 100%? ¿Un superdotado no puede ser veterinario, o piloto, o electricista? La frustración que sienten los padres de Vitus cuando éste se atreve a insinuar que desearía conducir su vida por otros derroteros nos muestra que para ellos lo más importante es que su hijo aspire a lo máximo, sin importar si eso es lo que él realmente quiere. El único que apoya a Vitus en sus deseos es su abuelo, con quien mantiene una relación más cercana y sincera que con sus padres.
La segunda parte del film, en cambio, es bastante inverosímil y edulcorada, y lo que parecía un intenso drama psicológico se torna en vulgar comedia adolescente americana, con la inevitable historia romántica y el no menos inevitable "happy end".
Dirección: Fredi M. Murer.
Intérpretes: Fabrizio Borsani, Teo Gheorghiu, Bruno Ganz, Julika Jenkins, Urs Jucker, Eleni Haupt, Kristina Lykowa, Tamara Scarpellini, Daniel Rohr, Norbert Schwientek, Heidy Forster.
Vitus es un niño superdotado. A los 5 años sus aficiones e inquietudes se alejan de las de cualquier niño de su edad. Su virtuosismo al piano encandila a sus padres, quienes deciden conducir cuidadosamente la carrera de su hijo. Harán para ello los sacrificios que sea necesario, con tal de no desperdiciar el brillante talento de Vitus. Además de en la música, un cociente intelectual superior a 180 permite a Vitus destacar asimismo en los estudios, donde su superioridad intelectual con respecto a chicos de más edad le acarrea más de un problema. Porque Vitus es, para los demás, un bicho raro. Y su mayor deseo es ser un chico normal. Un día Vitus sufre un accidente y queda inconsciente. Al despertar los médicos darán una terrible noticia a los padres de Vitus: su cociente intelectual es ahora de 120.
La primera parte de esta película plantea un interesante dilema moral: ¿qué ocurre si alguien posee unas capacidades enormes y no las aprovecha al 100%? ¿Un superdotado no puede ser veterinario, o piloto, o electricista? La frustración que sienten los padres de Vitus cuando éste se atreve a insinuar que desearía conducir su vida por otros derroteros nos muestra que para ellos lo más importante es que su hijo aspire a lo máximo, sin importar si eso es lo que él realmente quiere. El único que apoya a Vitus en sus deseos es su abuelo, con quien mantiene una relación más cercana y sincera que con sus padres.
La segunda parte del film, en cambio, es bastante inverosímil y edulcorada, y lo que parecía un intenso drama psicológico se torna en vulgar comedia adolescente americana, con la inevitable historia romántica y el no menos inevitable "happy end".
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