miércoles, 25 de junio de 2008

Agresividad

Esta mañana he visto unas imágenes en televisión que me han llamado la atención. Por una carretera gallega circulaba una mujer en su coche tras dos ciclistas, un niño de 11 años y su padre. La mujer, al parecer, no tenía demasiada paciencia y comenzó a tocar el claxon ante la imposibilidad de adelantar. Cuando los ciclistas le cedieron el paso la mujer, presa de la ira, embistió por tres veces al ciclista adulto hasta hacerle caer de la bici. No contenta con ello, bajó de su coche y agredió e insultó al pobre hombre. Alguien debió pasar por allí con una cámara y filmó la escena. La mujer decía algo así como "Hijos de puta, me habéis jodido el domingo". Al parecer fue detenida y examinada en busca de una posible enfermedad mental.

El hecho, más allá de lo pintoresco o grotesco, me hizo reflexionar sobre ciertos comportamientos que observamos con facilidad a nuestro alrededor. La poca paciencia que observamos en quienes tienen un volante entre las manos, las centésimas de segundo que transcurren entre el cambio a verde del semáforo y el sonido insistente de los claxons, el dedo corazón alzado en señal de cariñoso saludo al perezoso anciano con muletas en el paso de cebra... Pero no sólo observamos comportamientos agresivos entre los conductores de vehículos, estas actitudes florecen por doquier y todos somos testigos a diario de ellas. ¿Alguien sabe qué las provoca? ¿Siempre ha sucedido lo mismo o es propio de los tiempos que corren?

Personalmente tengo mi teoría de por qué la gente se ha vuelto tan agresiva. Creo que se debe principalmente a dos factores. El primero de ellos es el estrés: siempre tenemos prisa, estamos presionados de la mañana a la noche. El estrés es el mal de nuestro tiempo, y no conviene tomarlo a la ligera; causa estragos en nuestra salud física y mental. Si no aprendemos a controlarlo puede destrozar nuestro sistema nervioso, volvernos irritables y agresivos, por no hablar de enfermedades aún peores.

El segundo factor es, a mi parecer, la pérdida de valores éticos y religiosos. No es mi intención ejercer de moralista, no pretendo ser el guía espiritual de Occidente. Sólo me limito a contar la evidencia. La gente ya no tiene ideales políticos, ni le atrae la religión. Sólo interesa el placer, y se intenta conseguir con inmediatez. No me desagrada esta visión hedonista de la vida, pero cuando surgen los problemas y el placer acaba a veces no queda una motivación para seguir adelante (quienes tienen valores religiosos no carecen de esa motivación, para ellos la vida tiene un sentido como un camino para el más allá), y esto provoca rabia, ira, agresividad hacia los demás, a los que haremos culpables de nuestra desdicha.

Quizás sea esta la razón de la agresividad que percibo a diaro. O tal vez no. Lo cierto es que cada vez voy más estresado en el trabajo, y cada día estoy más desencantado con la religión y la política. Un sentimiento nuevo está naciendo dentro de mi: os odio a todos, cabrones.

5 comentarios:

Menchon dijo...

simplemente genial.... pero supongo que lo pudo escribir cualquiera que hable con mas de diez personas al dia y como dice mi aguela... se esta perdiendo todo.xd. en serio ... buena reflexion

Curro dijo...

en el mundo lo que hace falta es teología, pero sobre todo geometría

Curro dijo...

fuera de bromas, estoy de acuerdo en la relevancia del papel que juega el stress en el modo de vida actual. De hecho, no posteo desde hace casi dos semanas por eso :-)
el problema es que el tener un trabajo o una vida stressante se asume como algo normal. Y no nos damos cuenta de que la distancia que nos separa de enfermedades como la depresión no es más que la de un par fracasos/contratiempos.
Respecto a la falta de ética/religión, no creo que haga falta una religión para que las personas desarrollen un código moral.

Kunin dijo...

Veo que Richard aún no ha dejado ningún comentario sobre este post. Pienso seriamente que no debe estar nada de acuerdo con mi teoría. Es más, me parece adivinar que para él el origen de la agresividad humana no tiene ninguna relación con el estrés, sino que está estrechamente ligado a los juegos de cartas, especialmente al mus... ORDAGO!!!

Richard dijo...

Hola, voy a recoger el guante. La verdad es que en los temas serios a veces da miedo opinar, y este lo es. Yo creo que el estrés es efectivamente muy importante, pero también creo que tiene mucha importancia la educación. Mis padres crecieron en pueblos pequeños donde todo el mundo conocía a todo el mundo y cuando se encontraban en la calle se paraban a saludarse. Yo he crecido en lugares donde no conocía a nadie y el sentimiento oficial hacia cualquier extraño era la desconfianza. El hecho de que no te puedas fiar de nadie, el cambio de perspectiva hacia quienes nos rodean, nos hace vivir en una perpetua situación defensiva, que hace que, en un momento de presión, podamos estallar.

La solución pasa por potenciar las actividades sociales y el encuentro entre las personas. La única manera de recuperar la confianza entre nosotros es volviendo a estar juntos.