Dumplings (Gaau ji, China 2004)
Dirección: Fruit Chan
Intérpretes: Bai Ling, Miriam Yeung, Pauline Lau, Tony Ka-fai Leung, Meme, Miki Yeung, Wong So-fun, Peter Wong, Wong Sum-yeung, Wu Wai-man
Mei se gana la vida como cocinera. Su (única) especialidad son los "dumplings", unas bolitas de masa rellenas parecidas a las empanadillas (en el doblaje se ha usado esta palabra para la traducción). Sus clientes, escasos pero adinerados. Mei cocina en su casa y atiende a sus clientes en el salón. Sus empanadillas son únicas, no por su sabor sino por sus propiedades: quien las come rejuvenece. Qing, ex-actriz de culebrones, cuyo matrimonio atraviesa malos momentos, decide acudir a Mei para recuperar la juventud perdida y hacer así que su marido le preste atención y abandones sus aventuras con veinteañeras. Un dilema moral se le planteará cuando conozca el ingrediente secreto de las empanadillas de Mei: fetos humanos.
El cine oriental tiene la virtud (o el defecto, según se mire) de crear 90 minutos de película con un argumento mínimo. De hecho, esta historia ya la había rodado su director antes, en uno de los episodios de la película "Three... extremes" (2004), con mucho menos metraje. No hay sustos, ni grandes efectos especiales, tan sólo algo de sangre y menudillos. Lo que da más grima son las escenas relacionadas con la gastronomía, algunas realmente asquerosas. Otras escenas que se supone pretenden ser inquietantes dan más bien risa, en parte tal vez a causa del doblaje (véase la escena del autobús). También hay una sensación de decepción, porque uno espera que sucedan cosas a lo largo de la película que se quedan en un simple esbozo (el mal olor corporal como efecto secundario, por ejemplo, podía haber dado más juego). Pese a todo la película no aburre, y ofrece cosas distintas del cine americano al que estamos tan acostumbrados.
Dirección: Fruit Chan
Intérpretes: Bai Ling, Miriam Yeung, Pauline Lau, Tony Ka-fai Leung, Meme, Miki Yeung, Wong So-fun, Peter Wong, Wong Sum-yeung, Wu Wai-man
Mei se gana la vida como cocinera. Su (única) especialidad son los "dumplings", unas bolitas de masa rellenas parecidas a las empanadillas (en el doblaje se ha usado esta palabra para la traducción). Sus clientes, escasos pero adinerados. Mei cocina en su casa y atiende a sus clientes en el salón. Sus empanadillas son únicas, no por su sabor sino por sus propiedades: quien las come rejuvenece. Qing, ex-actriz de culebrones, cuyo matrimonio atraviesa malos momentos, decide acudir a Mei para recuperar la juventud perdida y hacer así que su marido le preste atención y abandones sus aventuras con veinteañeras. Un dilema moral se le planteará cuando conozca el ingrediente secreto de las empanadillas de Mei: fetos humanos.
El cine oriental tiene la virtud (o el defecto, según se mire) de crear 90 minutos de película con un argumento mínimo. De hecho, esta historia ya la había rodado su director antes, en uno de los episodios de la película "Three... extremes" (2004), con mucho menos metraje. No hay sustos, ni grandes efectos especiales, tan sólo algo de sangre y menudillos. Lo que da más grima son las escenas relacionadas con la gastronomía, algunas realmente asquerosas. Otras escenas que se supone pretenden ser inquietantes dan más bien risa, en parte tal vez a causa del doblaje (véase la escena del autobús). También hay una sensación de decepción, porque uno espera que sucedan cosas a lo largo de la película que se quedan en un simple esbozo (el mal olor corporal como efecto secundario, por ejemplo, podía haber dado más juego). Pese a todo la película no aburre, y ofrece cosas distintas del cine americano al que estamos tan acostumbrados.
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