jueves, 29 de mayo de 2008

Cocineros en pie de guerra



La crispación se ha trasladado del terreno político a las cocinas. Son ahora los supercocineros españoles los que se han puesto en pie de guerra en defensa de las creaciones culinarias patrias. El que ha abierto la caja de los truenos ha sido Santi Santamaría, quien afirma que en la cocina española se están utilizando cada vez menos productos naturales y más “sustancias químicas” no demasiado buenas para la salud. No sé si estas declaraciones las habrá hecho por convicción o por interés, pues acaba de publicar un libro y toda polémica es buena para promocionarlo (además, parece que el propio Santamaría también utiliza a veces las sustancias de las que tanto reniega). El caso es que las cosas están muy revueltas y ya hay muchos cocineros que han salido en defensa de Ferrán Adrià, principal blanco de los ataques de Santamaría.


Bien sabe Dios que yo no soy nada escrupuloso a la hora de comer en un restaurante. Y eso que he visto unas cuantas cosas. Y no voy a hablar de la leyenda urbana acerca de los restaurantes chinos y la ausencia repentina de gatos en sus alrededores; en cambio, os voy a contar que en cierto lugar, que los coautores de este blog conocen, un camarero servía las aceitunas pinchadas en un palillo con el que unos momentos antes había estado hurgando entre sus dientes. ¿Y qué? Más proteínas. Y también os puedo contar de otro lugar, también conocido por los coautores, en el que un día vi derramarse de un tonel un poco de vino al suelo; vino que fue cuidadosamente recogido con una bayeta y reingresado al tonel. Total, más vitaminas. No diré donde vi estas cosas aunque me insistáis. Pensad que si habéis comido o bebido en estos sitios y seguís con vida nada malo os puede suceder ya.


Como decía, no soy escrupuloso a la hora de comer en un restaurante. Al fin y al cabo, en la mili fui vacunado concienzudamente para no contraer ninguna enfermedad en el comedor colectivo. Pero lo que me fastidia mucho es que me den gato por liebre. Si es cierto que están utilizando sustancias químicas que en determinadas cantidades pueden ser nocivas para la salud me voy a tener que replantear muchas cosas. Esto si que me tiene preocupado. Tanto que estoy pensando en dejar de ir a comer al Bulli. O, al menos, en ir con menos asiduidad. Estoy planteándome muy seriamente ir a comer entre semana al Burger King. Esto es un sin vivir, te lo juro por Snoopy.

1 comentario:

Curro dijo...

Me cae gordo el sergi arola. Le huele el aliento a prepotencia sin aditivos. Èste mundo de la alta cocin a pilla tan lejos... imagino que pasa como con el arte moderno, que hace falta un cierto background para valorar ciertas creaciones. En cualquier caso, pasando de los sorbetes de tortilla. Larga vida al kebap!