Cuando las vacaciones se acercan, uno se va dejando cosas pendientes para hacerlas cuando haya tiempo libre. Algunas son tareas desagradables que se dejan para después, como temas de bricolaje o mantenimiento. Otras son más divertidas, como visitar algún lugar o pegarse una comilona. En unas vacaciones excepcionalmente largas, y en las que además no me puedo ir de viaje a ningún sitio, me he ido preparando varios "deberes", y creo que en general he cumplido.
Mi lista de deberes estivales incluía dos puntos que me atrevo a calificar de "frikis": ver "juego de tronos" y leer "la marca amarilla".
Juego de tronos ha sido la serie de la temporada, frikistamente hablando. Recomendadísima por amigos, conocidos y blogs, tenía muchas ganas de verla. Es una serie de HBO, de diez capítulos de casi una hora, de temática fantástico-medieval, y la verdad es que está muy bien. Está basada en una serie de libros denominada "canción de hielo y fuego", y esta primera temporada de la serie coincide con el primer libro. Habrá que ver qué pasa en el futuro, ya que la saga está prevista a siete libros y hasta el momento sólo hay cinco. La segunda temporada está programada para empezar a emitirse el próximo 12 de abril en EEUU.
Para los que no la hayáis visto y queráis saber a qué se parece, haré una aproximación grosera: recuerda un poco a una mezcla entre "el señor de los anillos" (pero sin hobbits, ¡yuju!) y "dune". Los primeros capítulos se hacen un poco pesados (rollo "dinastía") y estuve a punto de abandonar la serie alrededor del quinto, pero a partir de ahí mejora mucho y te captura como espectador.
Lo mejor: la intro de los capítulos, la música, el ambiente de un mundo distinto, el análisis de los personajes y casas, algunos diálogos afilados, la infografía.
Lo peor: en infografía no han escatimado presupuesto, pero en otras cosas sí; por muy medievales que sean, es poco creíble que reyes y princesas sólo tengan un traje. Y si hay una batalla entre ejércitos de 20000 personas y sólo salen 30 en pantalla, algo no cuadra. Otra cosa un poco liante es que a veces se dedica bastante tiempo en unos personajes que luego son irrelevantes.
Curiosidad doblemente friki: en este blog se hace un análisis de las secuencias de lucha desde el punto de vista de un experto en espadas medievales y esgrima.
La marca amarilla es un cómic francobelga que se hizo muy famoso en círculos frikis a partir de que Álex de la Iglesia tratara de adaptarlo al cine. A partir de ahí ha habido varios blogueros que se han interesado en el cómic y han llegado a recomendarlo. No es mi caso.
El cómic es el tercero de las aventuras de Blake y Mortimer, dos investigadores ingleses. Estéticamente es clavado a Tintín, pura escuela francobelga, no en vano el dibujante trabajó con (o "para") Hergé. Pero en cuanto a la trama me ha defraudado absolutamente. Los personajes principales no hacen apenas nada y se limitan a ver pasar los acontecimientos hasta prácticamente el final, que se resuelve de una manera excesivamente abrupta y sin gracia. El único que merece la pena es el malo de la historieta, de la que no quiero dar muchos más detalles por si alguien más se anima a leerlo o algún día se hace finalmente la película. Sólo añadir que todo el cómic rezuma una anglofilia que lo hace doblemente asquerosito.
Si alguien me recomienda un buen cómic francobelga, lo leeré con mucho gusto, ya que me encantan. De hecho desde aquí voy a recomendar la saga de Johan y Pirluit, que en teoría son mucho más infantiles que Blake y Mortimer, pero en la práctica les dan cien patadas. Recomiendo "el juramento vikingo" o "el señor de pikodoro", y si os gustan, podéis seguir con el resto.
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