EL CONCEPTO MURCIANO DEL ESPACIO-TIEMPO
A veces uno se cruza con gente que es muy graciosa sin proponérselo, personas con un sentido de la comicidad innato. No hace falta que tengan una ocurrencia especialmente brillante para que te tires por el suelo de la risa.
El tipo más paradigmático de genio del humor inconsciente que he conocido me lo encontré de Erasmus en Bélgica (anda que no da juego mi año Erasmus en el blog). Se llamaba J. y era murciano. Los españoles lo llamábamos afectuosamente “El Murcianico” y él estaba encantado con el mote.
Lo conocí en mi primer día en Bélgica. Me lo crucé en la recepción de la residencia de estudiantes y, tras presentarme, le pregunté si le apetecía tomarse un café. Me pareció un tipo muy simpático y bastante peculiar.
Recuerdo que me preguntó si yo llevaba bien el inglés. Le dije que sí, que lo hablaba bastante bien, pero que le tenía un poco de respeto a tener que empollarme una asignatura como Gestión de residuos en inglés y que además el examen fuera oral, en plan oposiciones a notarías, exponiendo temas.
“Pues yo no tengo problemas, voy sobrao”, me dijo. Me sorprendió aquello porque el pobre tenía pinta de todo menos de hablar inglés. Vamos, que era el típico murciano de la huerta, que si le pegas con un palo caen pimientos.
Cuando llegamos a la cafetería y le oí pedir el desayuno comprendí que ese tío iba a dar juego todo el año. Un auténtico crack. Esta es una transcripción de la conversación con la camarera:
- Who is Colacao? (J. comenzaba todas las preguntas con Who is...?,después lo descubrí. How, Where, Why, etc. , no existían para él, así como tampoco la gramática elemental. Ejemplo: ¿Cuánto tiempo has tardado en llegar aquí?, él lo traducía por Who is time you go here?).
- What????
- Colacao. Co- la - ca - o.
- I don’t understand.
- Achooooooooooo.... Colacao!!!!!!
(Entonces intervine, al borde de un ataque de risa).
- No es que no te oiga, es que no te entiende.
- Aaaaaahhhhh..... Achooooooo...Colacao. MILK CON CACAO.
- Cacao?
- Yeeeeeessssssssss.... Joder, acho, que torpes son esta gente. Están fatal de idiomas.
La camarera se alejó, seguramente pensando “Están locos estos españoles” y, cuando ya estaba atendiendo otra mesa, “El Murcianico” pensó que se le había olvidado un detalle fundamental y con un elegante “Shhhhtttttttt!!!!!!” y unos movimientos de brazos como de pedir auxilio con señales de salvamento marítimo, llamó la atención de la chica. Volvió a la mesa resoplando para escuchar a J. decir, con el dedo índice inhiesto: “Colacao, eh?.... Not Nesquik. Nesquik not!!”
Dramatización. Tan obsesionado estaba con su Colacao calentito por las mañanas que se compró una especie de hornillo como el que usan los alpinistas para calentarse la comida en las cumbres del Himalaya y un día apareció con un litro de líquido inflamable. Casi quema la residencia, claro.
J. tenía ocurrencias geniales, como inventarse un nuevo verbo en inglés, "to faun", que significa funcionar. Una tarde me lo encontré hablando con Nicolás, el encargado de la residencia. Por supuesto estaba pegándole gritos, porque tendía a confundir la incomprensión con la sordera. Si alguien le decía que no le entendía simplemente le decía lo mismo pero más alto. Fue algo así:
- Nicolaaaaaaassssss... Achooooooo.. My radiator no faun... no faun!!! (El pobre Nicolás , que no hablaba anglo-murciano, se creía que el problema estaba en que el pequeño español que le estaba taladrando los oídos no encontraba la llave del radiador de su cuarto. Será por aquello de find- found, etc.)
- It is on the left, on the left...
- Achooo... ¿Qué te crees, que no sé donde está la llave? Look, estoy harto de darle vueltas, pero... Many rotaishon,pero...but….no faun, no faun. Acho, con el payo este, está tonto. QUE NO FAUN!
Otro día lo vi en la cocina y su rostro denotaba preocupación. Estaba estudiando un mapa de Gante con obstinada minuciosidad. No paraba de repetirse "no puede ser, no puede ser", mientras recorría el plano con los dedos.
- ¿Qué haces? -Pregunté por decir algo.
- Buscar un atajo para ir a la universidad.- contestó sin levantar la vista. Estaba concentrado.
- El camino más corto es por Groot Britanien.
- Ya lo sé. Siempre voy por ahí. Pero se tardan 20 minutos.
- Aunque se tarden 20 minutos sigue siendo el camino más corto.
- Es que yo en Murcia tengo la facultad a 5 minutos. Está más cerca.
- ¿Y?
- Achooooooooo !!!!Pues que si en Murcia tardo 5 minutos, es que aquí tiene que haber un camino más corto.
- No veo la relación... (Ya me estaba aguantando la risa).
- 20 minutos es mucho tiempo, tiene que haber un atajo.
Nada, que no entraba en razón.
- A ver. Mira el mapa. Si vas por Groot Britanien sigues casi una línea recta.
- ¿Y qué?
- ¿Cómo que y qué? Pues que una línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, Juan Ramón Jiménez.- Estaba realmente sorprendido de encontrar un tipo con esa forma de pensar tan peculiar.
- Pero 20 minutos en bici es mucho, acho. En Murcia solo tardo 5 minutos. Tiene que haber un camino más corto.
- Lo que tú digas.
- Lo que yo diga, no. Está claro. 20 minutos para llegar a la facultad es una burrada, hay que hacer algo. Encontrar un camino por el que se tarde 5 minutos, como en Murcia. ¿De qué vas a hacer el marketing research de food marketing? (Esa asignatura era de agrónomos, pero me la pillé porque necesitaba créditos de optativas).
- De las naranjas importadas de España. ¿Y tú?- Me temía la respuesta.
- Del Colacao, acho.- Me tuve que dar la vuelta a punto de descojonarme.
- No puedes hacerlo del Colacao, tiene que ser de una fruta, de alguna legumbre o algo así.
- Achooooo...El cacao es una planta y el Colacao se saca del cacao. Además, me sé todos los productos de la competencia: Nesquik, Chocolino...
- Como quieras.
Pagaría dinero por ver la cara del profesor cuando se encontró con el trabajo por delante.
Debido a que el universo tiene tres dimensiones espaciales físicas observables, es usual referirse al tiempo como la "cuarta dimensión" y al espacio-tiempo como "espacio de cuatro dimensiones" para enfatizar la inevitabilidad de considerar el tiempo como una dimensión geométrica más. Vamos, que en Murcia tardo menos, acho, y aquí tiene que haber un camino más corto.
Era un caso único. Cuando vio “The fast and the furious” (la primera de la serie), sufrió una especie de éxtasis estético. No paraba de decir “qué guapo, qué guapo” cada vez que volvía del cine (fue a verla doce veces).
o que es la primera vez que se documenta que una persona sufra el Síndrome de Stendhal con una película de coches. Durante meses no tuvo otro tema de conversación. Era un gran tipo. Y seguro que hubiera sido un estupendo humorista.
(Del blog No es por presumir)
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